Cuando te llamas Isco, James, Vinicius o Jovic todo el mundo
ya sabe de lo que eres capaz. Te han fichado para eso, para marcar las
diferencias, para mirar siempre hacia la portería, ¿para desentenderte de tus
labores defensivas? Eso ya no lo deberían de tener tan claro. Cuando tu
entrenador saca una alineación como la de esta tarde-noche tienes que aplicarte
en algo más que en lo que todos ya saben qué haces. Por el bien del equipo. Un
equipo es precisamente eso, dejarse la piel por el compañero, dar lo mejor de
ti para minimizar las carencias y puntos flacos de tus compañeros, para
convertiros entre todos en un equipo con mayúsculas. Sin Valverde, Kroos ni
Modric esperaba más implicación por parte de James e Isco. Más compromiso. Más
ambición. Alarmante como detalle la pasividad del colombiano en el tanto local.
El beneficio del equipo es tu propio beneficio, pero no lo entienden.
No sé si lo he dicho alguna vez pero me sacan de quicio los
equipos que no juegan al futbol. No ya los que esperan y esperan sin hacer otra
cosa que aprovechar algún balón parado para marcar su golito y seguir
aguantando y aguantando, como Grecia en la Eurocopa de Portugal. Hoy el
Mallorca se adelantó en el minuto 7. Desde el minuto 10 no hacían más que
perder y perder tiempo. Exagerando las faltas, perdiendo tiempo en todos los
saques… lo de los porteros es especialmente desesperante. Y muy escasas veces
les amonestan, cuando es más que evidente que están perdiendo tiempo
deliberadamente. Han implantado desde esta temporada una norma por la cual un
jugador puede salir del campo por cualquier parte cuando es sustituido ¿Cuándo se
cumple?. Se tiran al suelo en mitad de una jugada fingiendo una lesión cada dos
por tres y no pasa nada. Dicen que juegan sus armas, que controlan el “otro”
futbol. Bien que ganaría el espectáculo si erradicasen comportamientos así.
Mientras tanto…
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