Me temí lo peor cuando Zidane sustituyó a un fundido
Valverde. Y mucho más recordando la actitud de James en el último partido y en
el último gol encajado por el equipo. Valverde es el agua en el desierto de
este equipo. Abarca tanto espacio, que cualquier comparación resulta
bochornosa. No sé si el físico le durará mucho de aquí a cuando se jueguen las
habichuelas de las competiciones, pero hoy por hoy es oro. Lo que más confianza
me da es que sus compañeros ya empiezan a conocerle, confían en que llegue a
esos balones al que ellos no son capaces de llegar, confían buscándole en los
balones largos cuando otros no llegan. Y sobre todo confía su entrenador que se
la juega poniéndole en un partido que podría achantarle por el ambiente, por la
exigencia con la que llegaba el equipo. Con él y con Casemiro se vive más
tranquilo
Hoy también toca poner la medalla a Courtois y Rodrygo. Al
primero por sostener al equipo en esos despistes defensivos que no terminamos
de eliminar. Ahí es donde tiene que hablar. Ahí es donde se demuestra que eres
el número uno, que mereces sin discusión la titularidad en la portería blanca.
Al segundo sobre todo por su compromiso. Calidad tiene de sobra y parece que también
más gol que su “hermano” Vinicius, pero el esfuerzo que ha hecho el tiempo que
ha estado sobre el césped es digno de elogiar. Porque se ha sacrificado por sus
compañeros, incluso, al final, estando totalmente acalambrado ha bajado a tapar
las incursiones por su banda.
Sigue siendo preocupante la falta de gol. Nos sigue faltando
un killer. No es normal que hayamos hecho 27 tiros, 13 de ellos entre los tres
palos y hayamos acabado pidiendo la hora y perdiendo tiempo. Es necesario que
Jovic se enchufe pronto. Por su bien… por nuestra tranquilidad… La sociedad
Hazard-Benzema promete, siempre y cuando miren más a portería y menos a los
taconcitos… Pero todavía no está hecho…
No hay comentarios:
Publicar un comentario